Alexitimia: causas, síntomas y tratamiento

Es posible que alguna vez te hayas topado con alguien que le cuesta expresar sus emociones. A muchos los consideran personas poco empáticas o hasta egocéntricas. Sin embargo, puede tratarse de una condición conocida como alexitimia, la cual impide que la persona sea capaz de reconocer y gestionar sus emociones así como las de otros.

Aunque a grandes rasgos no puede parecer una complicación, si que puede afectar la calidad de vida de la persona. La mayoría tiene problemas para entablar relaciones sociales afectivas, convirtiéndose en seres aislados. A pesar de todo esto, su organismo es capaz de sentir emociones aunque ellos no tengan conciencia de ellas.

¿Qué es la alexitimia?

La alexitimia es el término con que se le conoce a la incapacidad de una persona de reconocer y expresar emociones propias. Esto también puede extenderse a la dificultad de comprender el estado emocional de otros. Esta palabra es de origen griego, alexis thymos, derivando de a que significa ausencia, lexis que significa lenguaje y thymos que significa emociones. En este sentido, y teniendo en cuenta estos significados, podría decirse que se traduce de forma literal como ausencia de palabras para expresar las emociones.

De esta forma se reconoce que si bien no presentan ausencia de emociones y son capaces de sentirlas, tienen una dificultad que les permite identificarlas, lo cual impide que puedan poner algún nombre. Es así como también se observa la escasez de lenguaje emocional. Como consecuencia, no son capaces de dar una respuesta adecuada a la emoción de otras personas o empatizar con otros.

Se reconoce que esta condición se puede observar entre un 10% y un 15% de la población, teniendo una mayor incidencia sobre hombres que en mujeres. Es así como se considera un trastorno asociado a la población masculina, llegando a perturbar la convivencia del individuo en un entorno social.

Hay que tener cuidado con no confundir la alexitimia con otros trastornos. Muchos lo relacionan con la anafectividad, donde existe una incapacidad total para sentir emociones. Difieren en gran parte ya que en la primera si existen las emociones, aunque no se puedan identificar. Tampoco tiene que ver con la anhedonia, donde la persona tiene dificultad para sentir placer o satisfacción. 

A pesar de que ocasiona ciertos problemas en cómo se desenvuelve el individuo, no ha sido clasificado como una patología dentro de DMS-5. Aun así, figura como un síntoma de ciertos desórdenes como el trastorno de estrés postraumático o trastornos de alimentación.

La alexitimia no es una enfermedad

Como se mencionó, no cumple los requerimientos para ser considerada una patología. Toda persona que esté afectada con este cuadro será capaz de sentir emociones. Sin embargo, tendrá problemas para asociar que estas reacciones provocan una serie de síntomas naturales de nuestro organismo.

Es normal que la persona presente sudoración, aumento de la frecuencia cardiaca, malestar estomacal, tensión muscular, entre otros. En este sentido, los individuos relacionan estos síntomas con una enfermedad debido a que no son capaces de identificar la emoción. Lo consideran anormal.

Causas

Hasta el momento se desconoce las causas que originan este trastorno. Muchos consideran que existen factores tanto genéticos como ambientales que pueden incidir en el desarrollo de la alexitimia. Se contempla la posibilidad de que exista un daño o lesión a nivel de la ínsula, una estructura que se encuentra en el cerebro y que está encargada de las habilidades sociales y las emociones.

En este sentido, se considera que se ve influenciado por:

Factores biológicos

Si bien ya se habla de un problema en la ínsula, también pueden verse implicadas otras estructuras del cerebro. Muchas de estas tienen funciones asociadas a las habilidades de comunicación y el procesamiento de las emociones. En este sentido, se involucran:

• Lóbulo frontal: esta parte del cerebro se encarga de la regulación emocional, la planificación, la toma de decisiones, entre otros.
• Amígdala: su función está enfocada en las emociones, permitiendo al individuo experimentar cada una de estas reacciones. Se le ha relacionado sobre todo con el miedo y la ansiedad. 
• Giro temporal superior: si bien también se encuentra relacionado con la percepción y expresión de las emociones, sus funciones involucran el procesamiento de lenguaje verbal y no verbal.
• Córtex del cíngulo anterior: mantiene conexiones con la amígdala, por lo que se encarga de la respuesta emocional así como la resolución de conflictos.

Factores genéticos

Se ha observado que existe una alta incidencia de alexitimia en casos donde existen antecedentes familiares de este trastornos. En este sentido, se habla de la posibilidad de que se hereden genes defectuosos que aumentan el riesgo de padecer esta condición.

Factores ambientales

Está relacionado con el entorno en que se desarrolla o se desenvuelve el individuo. Puede considerarse que tiene su origen durante la infancia, donde hubo negligencia en el cuidado del niño. También existe evidencia de que puede ser producto de abusos, traumas, cuadros de estrés, entre otros. Incluso donde no se produjo en apego seguro.

Otras de las alternativas que se contemplan es haber recibido una educación deficiente de responsabilidad emocional. La persona fue obligada a guardar sus emociones, lo cual puede desencadenar este cuadro.

Trastorno del espectro autista

El TEA abarca una gran diversidad de trastornos que afecta el desarrollo cerebral, llegando a expresarse con dificultades en las capacidades de comunicación, lenguaje e interacción. Incluso puede incidir sobre la percepción que se tiene del entorno. Si bien se mantienen ciertos estereotipos en torno a estas condiciones, lo que si se sabe es que algunos individuos pueden presentar alexitimia. Esto origina ciertos problemas con el manejo de las emociones, identificarlas y la empatía.

Afecciones relacionadas

Algunos trastornos mentales y otras patologías pueden presentar como síntomas la alexitimia. Sin embargo, esto no quiere decir que se va a presentar en todos los pacientes. Se ha observado comúnmente en:

• Depresión.
• Esquizofrenia.
• Alzheimer.
• Enfermedad de Parkinson.
• Epilepsia.
• Esclerosis múltiple.
• Accidente cerebrovascular.
• Enfermedad de Huntington.
• Distonía.
• Entre otros.

Síntomas

A simple vista se trata de un cuadro donde existen emociones pero se dificulta identificarlas, incluso la de otras personas. Por lo que resulta difícil para otros notar los síntomas de esta afección. Sin embargo, se puede observar:

• Dificultad para gestionar las emociones o expresarlas, tanto propias como de otros.
• Problemas para crear lazos emocionales. Tienden a mostrarse distantes.
• Se evitan las situaciones emocionales.
• Incapacidad para establecer relaciones íntimas.
• Dificultad para comprender el carácter emocional de la comunicación verbal y no verbal.
• Muchos carecen de empatía.
• Ausencia de la capacidad de toma de decisiones de forma emocional, basándose siempre en el aspecto racional. Desconocen lo que es la intuición.
• Angustia al momento de tomar una decisión personal.
• Individuos aislados, que tienden a buscar la soledad.
• No reconocen los cambios fisiológicos que provocan las emociones.
• Pueden verse como personas que sufren de ira, pánico y confusión.
• A algunos no les gusta recibir afecto.
• Tienden a adoptar una postura rígida y sin mostrar ninguna emoción.
• Pueden comportarse de forma impulsiva.
• Mantienen un lenguaje neutro al momento de expresarse, no existen cambios en su tono de voz.
• Aparentan carecer de imaginación, no suelen soñar o fantasear. En realidad todo apunta a que no sienten interés en usar esta capacidad.
• Parece que no son capaces de realizar introspecciones o contacto con su interior. Prefieren ocuparse de todo lo que los rodea.
• Existe un mayor riesgo de padecer trastornos sexuales.
• Les cuesta establecer relaciones amorosas.
• Su pensamiento tiende a ser lógico.

Diagnóstico

Al no estar identificada dentro del Manual de Diagnóstico y Estadística de Trastornos Mentales (DSM-5), no existe una prueba específica para diagnosticar esta condición. Aun así, a pesar de no ser considerada un trastorno mental, será necesario acudir a un profesional de la salud mental para obtener un diagnóstico acertado.

Durante la consulta se indaga cada uno de los síntomas que se presentan. Además, se realizará una variedad de preguntas que, según las respuestas que ofrezca el paciente, permitirá formular el diagnóstico. 

Para determinar si la causa es de origen biológico, es posible que se solicite una resonancia magnética para obtener imágenes de las estructuras del cerebro. Si bien todas estas herramientas ayudan, el profesional de la salud puede tardar en lograr diagnosticar al paciente al no existir un protocolo para la alexitimia. 

Tratamiento

Por lo general la persona suele buscar el apoyo de un psicólogo en el momento en que los síntomas se vuelven incapacitantes. El tratamiento más recomendable es la terapia psicológica. A través de esta será posible brindar las herramientas y orientar al paciente, permitiendo que sea capaz de conocer más acerca de las emociones, cómo diferenciarlas y expresarlas. Dentro de esto se incluyen los cambios fisiológicos que sufre el cuerpo. El psicólogo será quien decida cuál será la mejor terapia para cada caso en particular.

Es posible que sea necesaria la asistencia de un psiquiatra en los casos que se necesite recetar medicación, como en pacientes con depresión o esquizofrenia. Esto podría mejorar los síntomas y apoyar en la terapia.