Amígdalas hipertróficas: qué es, causas y cómo tratar

Amígdalas hipertróficas qué es causas y cómo tratar

Las amígdalas, aunque muchos ignoran su importancia, cumplen un papel esencial en la función inmunitaria. Cuando se observa que este tejido se inflama o aumenta su tamaño, se considera como un caso de amígdalas hipertróficas. Es una condición bastante común que suele estar relacionada a infecciones.

Sus síntomas molestos como el dolor o la dificultad respiratoria pueden afectar la calidad de vida de la persona. Si bien se puede tratar con fármacos como los antibióticos, en cuadros crónicos es posible que se considere su extirpación.

Índice
  1. ¿Qué son las amígdalas?
    1. ¿Qué son las amígdalas hipertróficas?
  2. Síntomas de las amígdalas hipertróficas
    1. Síntomas comunes en niños
  3. Causas
  4. Tratamiento

¿Qué son las amígdalas?

Aunque son mayormente conocidas por el término amígdalas, también se denominan tonsilas. Es tejido linfático que en su mayoría se encuentra ubicado a los costados de la garganta. Más específicamente, estas masas forman parte de la región faríngea. En general, se ha asociado su importancia con el funcionamiento del sistema inmune, pudiendo estar encargadas de la producción de anticuerpos. 

Amígdalas

Este tejido forma el anillo de Waldeyer, considerado la primera línea de defensa contra patógenos que entran por la nariz o la boca, ayudando a proteger el organismo contra infecciones. A pesar de toda esta información que se maneja, todavía existen algunos aspectos que se desconocen acerca de estas estructuras.

A su vez, se encuentran divididas en cuatro tipos diferentes de amígdalas, reconociendo:

  • Amígdalas palatinas: son las amígdalas que más se mencionan, ubicadas a los costados de la garganta, hacia la parte posterior, una a cada lado. Son encargadas de producir anticuerpos y linfocitos. Debido a su función inmunológica, trabajan para defender la mucosa respiratoria y digestiva de cualquier microorganismo.
  • Amígdalas faríngeas: se les conoce comúnmente como adenoides, este tejido se ubica en la región posterior de la nasofaringe, donde se une la garganta con las fosas nasales. Cumplen la misma función inmunológica que las amígdalas palatinas, aunque también destacan como filtro ante microorganismos y partículas que ingresan por la nariz. Tienden a ser más grandes en niños ya que el sistema inmune se encuentra en desarrollo y está muy activo.
  • Amígdalas tubáricas: están cercanas a los extremos de las trompas de Eustaquio, protegiendo contra infecciones a esta estructura así como a los oídos.
  • Amígdalas linguales: se encuentran en la base de la lengua. Están encargadas de la producción de distintos anticuerpos, además de contribuir a la producción de linfocitos.

En algunos casos se puede observar amígdalas hipertróficas o de mayor tamaño al promedio. Tiende a estar relacionado con infecciones, siendo más común la amigdalitis. Sin embargo puede producirse este aumento del tejido por otra variedad de causas, siendo siempre necesario consultar con un médico.

¿Qué son las amígdalas hipertróficas?

Se reconoce que, a pesar de tener un papel esencial en el funcionamiento del sistema inmunitario, estas estructuras tienden a infectarse con facilidad. Esto provoca inflamación del tejido, observándose de mayor tamaño, algo conocido como amígdalas hipertróficas. En todos estos casos suele hacerse referencia a las amígdalas palatinas, siendo las estructuras de mayor observación médica en lo que respecta al anillo de Waldeyer.

Hay que tener en cuenta que existen casos donde la persona nace con amígdalas hipertróficas. Sin embargo, es mucho más común que sea producto de infecciones o factores externos como el consumo de cigarro. También puede tratarse de una inflamación simple, lo cual solo requiere tratar el aumento del tamaño de las amígdalas, aunque es posible que sea un caso de inflamación crónica. De ser así, es necesario tratar la causa que provoca la hinchazón.

Amígdalas hipertróficas

No solo se trata de una condición molesta, sino que puede repercutir sobre la salud del paciente, pudiendo observarse:

  • Infecciones de oído recurrentes, con riesgo de pérdida de la audición.
  • Apnea obstructiva del sueño en niños, lo cual origina aparición de ronquidos o que dejen de respirar durante un tiempo mientras duermen. Como consecuencia, puede producirse una disminución de los niveles de oxígeno en el organismo.
  • Infecciones crónicas de los senos nasales.
  • Pérdida de peso producto de la pérdida del apetito por la dificultad para tragar.

Aunque puede ser un cuadro transitorio, existe el riesgo de que dificulte la ejecución de actividades diarias. Por lo que siempre será necesario que se visite al médico en el momento en que se presenten los primeros síntomas.

Síntomas de las amígdalas hipertróficas

Algo que permite identificar fácilmente las amígdalas hipertróficas es un aumento del tamaño de este tejido. Aun así, su cuadro clínico es mucho más variado. En general, se reconocen los siguientes signos, sobre todo cuando se asocia a una infección:

  • Fiebre.
  • Dificultad para respirar.
  • Dolor.
  • Dificultad para tragar.
  • Inflamación de los ganglios linfáticos del cuello.

Además, también es posible observar como síntomas comunes:

  • Ronquidos persistentes: el aumento del tamaño de las amígdalas dificulta el paso de aire, lo cual produce el sonido que se conoce como ronquido. Cuando existe mucha inflamación aumenta el riesgo de padecer de apnea del sueño, lo cual incide sobre la calidad de sueño y descanso de la persona.
  • Problemas respiratorios: no solo hablamos de una respiración ruidosa, sino que dificulta el flujo de aire. Esto provoca una sensación de falta de aire, lo cual puede dificultar la realización de actividad física o deportes.
  • Alteraciones en la voz: la obstrucción puede afectar la resonancia de la voz, por lo que se notarán cambios sustanciales. Es posible que se note como una voz ronca, o con un tono más nasal.
  • Halitosis: también conocido como mal aliento, provoca la aparición de mal olor persistente en la boca, siendo uno de los síntomas menos comunes que se observan. Se produce porque, al haber agrandamiento del tejido, existe mayor riesgo de que partículas de alimentos y bacterias queden atrapadas. Por lo que, una vez que se descomponen, aparece el mal olor.
  • Infecciones de oído recurrentes: al quedar atrapadas las bacterias, aumenta el riesgo de desarrollar infecciones de oído con mayor frecuencia. También es posible que ocurra en la garganta, provocando amigdalitis. Como consecuencia, existe una alta probabilidad de que se produzca pérdida de la audición. En niños pequeños puede incidir sobre el habla. 

Síntomas comunes en niños

En el caso de los pacientes pediátricos, los síntomas son más evidentes a la hora de dormir. Por lo que es necesario prestar atención si el niño presenta: 

  • Respiración bucal.
  • Respiración ruidosa.
  • Ronquidos fuertes.
  • Problemas para dormir bien.
  • Terrores nocturnos.
  • Somnolencia excesiva.
  • Cambio de comportamiento o irritabilidad.

Síntomas de amígdalas hipertróficas

Es posible que si se inflaman tanto las amígdalas palatinas como las faríngeas aparezcan los siguientes síntomas:

  • Película blanca o amarilla en las amígdalas, estando asociado con infección.
  • Fiebre.
  • Cambio en la coloración de las amígdalas, observándose con color rojo brillante.
  • Mal aliento.
  • Dolor de garganta.
  • Dificultad para tragar.

Todos estos cuadros pueden provocar que el niño quiera respirar por la boca, afectando su mordida. A esto último se le conoce como mala oclusión. 

Causas

Las razones por las que se producen amígdalas hipertróficas son variadas. Algunas personas presentan un tamaño más grande de lo normal de forma natural. Suelen nacer con esta condición, por lo que los síntomas se observan desde la infancia. También se considera como factor de riesgo fumar, ya que el humo del cigarrillo y otras toxinas pueden irritar el tejido y provocar el aumento de su tamaño. Lo mismo sucede cuando se respira en un ambiente con aire contaminado.

Sin embargo, es mucho más común que se produzca por la presencia de un patógeno como virus, tal es el caso de  adenovirus, el virus de la gripe y el virus del herpes simple o bacterias, siendo común Neisseria gonorrhoeae, micoplasma y Haemophilus influenzae tipo B. 

De esta forma, el paciente puede desarrollar:

  • Amigdalitis aguda: la inflamación puede persistir tan solo unos días y desaparece con el tratamiento.
  • Amigdalitis crónica: se producen infecciones de forma recurrente y que no suelen responder adecuadamente al tratamiento.
  • Absceso periamigdalino: es una complicación de la amigdalitis donde la infección se extiende a otras zonas debido a la acumulación de pus.

Tratamiento

La forma en que se traten las amígdalas hipertróficas dependerá de la causa. En primera instancia, cuando sea consecuencia de una infección bacteriana se recetará un tratamiento a base de antibióticos. Esto ayuda a desinflamar el tejido. Sin embargo, si se observa que todavía persisten algunos síntomas como dificultad para respirar, tragar o dormir, lo más recomendable será extirparlas.

Esta intervención quirúrgica se conoce como amigdalectomía, a través de la cual se elimina todo el tejido de las amígdalas. Dependiendo de la gravedad del cuadro, es posible que también se extirpen las adenoides, siempre que interfieran en la calidad de vida del paciente.

En la actualidad también es posible reducir su tamaño a través de un procedimiento con láser. Se considera ambulatorio, pudiendo durar unos 10 minutos. Se considera una alternativa de grandes ventajas, destacando:

  • Es un procedimiento indoloro.
  • No se produce hemorragia.
  • Se conserva parte del tejido de las amígdalas, permitiendo que sigan cumpliendo su función inmunológica.
  • Es un procedimiento apto para pacientes de cualquier edad.
  • Solo requiere pocas horas de internación hospitalaria una vez que se ha finalizado la intervención.
Rafael Aragón

Rafael Aragón

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