Dispraxia: síntomas, causas y tratamiento

Dispraxia síntomas causas y tratamiento

La dispraxia se presenta como un trastorno que interfiere en la ejecución de movimientos corporales. Es una condición que se presenta desde etapas tempranas de la vida, por lo que es común que los signos aparezcan incluso antes del primer año de vida, aunque es más evidente después de los 5 años.

Debido a que existe un problema de coordinación es común que el niño tenga dificultad para realizar hasta las actividades más simples. En la actualidad este cuadro se ha observado con mayor frecuencia en la consulta médica, siendo necesario una intervención temprana para evitar que afecte la calidad de vida del paciente.

Índice
  1. ¿Qué es la dispraxia?
    1. Tipos de dispraxia
  2. ¿Qué es la dispraxia verbal?
  3. Causas de la dispraxia
  4. Síntomas
    1. Síntomas de la dispraxia verbal
  5. Diagnóstico
  6. Tratamiento

¿Qué es la dispraxia?

La dispraxia, también llamado trastorno del desarrollo de la coordinación, es reconocida como un trastorno del neurodesarrollo de tipo psicomotriz que presenta sus primeros signos durante la infancia. Algunos profesionales lo denominan el síndrome del niño torpe. Es una condición donde el niño presenta dificultad para realizar ciertos movimientos. Esto se debe a que afecta el movimiento y coordinación de grupos de músculos, provocando torpeza, dificultad o lentitud al realizar ciertas acciones.

Dispraxia

El nivel de afección puede llegar a interferir en actividades sencillas como atarse los cordones de los zapatos, llevar la bicicleta, utilizar cubiertos, escribir, entre otros. Se considera que puede llegar a afectar del 2% al 5% de la población infantil. Aunque afecta la parte motriz, no existe ningún deterioro o afección a nivel del sistema musculoesquelético. Su origen es a nivel neurológico, donde se presenta una incapacidad para planificar movimientos simples para realizar movimientos más complejos.

De esta manera se considera que el cerebro presenta una dificultad para enviar los mensajes a los músculos y que ejecuten los movimientos. Esto se traduce en problemas a nivel de las habilidades de motricidad fina o de motricidad gruesa. Incluso hay casos donde presentan dificultad en ambas habilidades.

A pesar de ser considerado un trastorno psicomotriz, no tiene ningún tipo de implicación sobre la capacidad intelectual del individuo. Por lo que cuentan con una inteligencia promedio, aunque puede estar presente a la par con otras condiciones que afectan al comportamiento como TDAH.

Aunque los primeros síntomas se detectan en los primeros años de vida, para muchos pasan desapercibidos y lo consideran como un retraso. Sin embargo, tienden a ser mucho más evidentes entre los 5 y 11 años de edad.

Tipos de dispraxia

Al igual que otros trastornos, la dispraxia se clasifica en distintos tipos. Estos se definen según la parte del cuerpo que presenta la dificultad para coordinar los movimientos. En este sentido, se pueden destacar 4 tipos:

  • Ideomotora: se presenta una dificultad para realizar una actividad de un único paso o bastante sencilla aunque tiene idea de cómo realizarla. Sin embargo, solo es capaz de imaginar la acción más tiene dificultad para ejecutarla. Suele implicar objetos, tal es el caso de ponerse los zapatos o peinarse.
  • Ideatoria: existen problemas para planificar una secuencia de movimientos simples para realizar actividades más complejas. Esto no implica una dificultad a nivel motor sino que tiene problemas para organizar las ideas y realizar la acción. Por ejemplo, cepillarse los dientes o atar los cordones.
  • Constructiva: se le dificulta entender la relación espacial con respecto a las cosas y actuar con esta. Es así como presenta problemas para realizar movimientos de tipo espacial como apilar objetos o colocarlos en determinada posición.
  • Oromotora: la persona es capaz de construir idea de lo que quiere decir pero se le dificulta coordinar o ejecutar los movimientos para lograr emitir adecuadamente las palabras. Como consecuencia, produce sonidos incomprensibles.

¿Qué es la dispraxia verbal?

En la dispraxia verbal es posible evidenciar una dificultad para comunicarse verbalmente. Es considerado un trastorno del lenguaje donde el niño tiende a mantener una comunicación ininteligible. Por lo cual es muy difícil entender lo que habla. Aun así, existen señales que demuestran que se desea comunicar algo, sobre todo en sus expresiones faciales.

Se reconoce que no existe ningún daño a nivel neurológico o anatómico. Sin embargo, se evidencia una clara interrupción en la transmisión del mensaje entre el momento en que se formula la idea y la orden, para que los músculos de la lengua y los labios se muevan para emitir los sonidos adecuados. Es así como se presenta una incapacidad para hacer el movimiento de forma adecuada en esta región del cuerpo para que el niño sea capaz de hablar correctamente.

Síndrome del niño torpe

De la misma manera, no existe debilidad a nivel muscular, siendo capaz de mover estos músculos sin dificultad aunque no sucede lo mismo para comunicarse. Es por esto que es posible que se mantenga un vocabulario muy limitado y sea capaz de emitir algunas palabras. 

Se trata de un cuadro un poco complejo ya que a pesar de que con el abordaje adecuado puede mejorar, siempre estará la dificultad presente. De la misma manera, se considera que puede llegar a afectar al 6% de la población infantil.

Causas de la dispraxia

Hasta el momento no existe un consenso de por qué se produce este trastorno. Muchos profesionales afirman que puede tener su origen durante la etapa de desarrollo fetal. En este sentido, se habla de la posibilidad de que existan alteraciones a nivel neuronal., lo cual ocasiona una inmadurez en ciertas zonas del cerebro.

A su vez, todo este cuadro puede ser consecuencia de lesiones producidas por una formación de tejido nervioso inmaduro producto de partos prematuros. También en casos donde se produjo sufrimiento fetal o incluso en embarazos donde la madre gestante consume sustancias nocivas.

También se ha explorado el factor genético. Esto se encuentra estrechamente relacionado con los antecedentes familiares, siendo común una mayor prevalencia si se ha presentado en otros individuos de la familia.

Síntomas

Las primeras señales de dispraxia pueden observarse en los 3 primeros años de vida, sobre todo después del primer año. Se puede notar que el niño tiende a tener retraso en el desarrollo de ciertas habilidades. Y tienden a ser mucho más evidentes a partir de los 5 años.

El cuadro suele involucrar dificultad al realizar ciertas acciones en niños pequeños:

  • Gatear.
  • Sentarse.
  • Caminar.
  • Usar cubiertos.
  • Dibujar.
  • Comer.
  • Equilibrio y coordinación de movimientos.
  • Hacer señas.
  • Problemas con habilidades de motricidad fina.
  • Comunicarse.

Los individuos que sufren de este trastorno también pueden presentar las siguientes características, sobre todo después de los 5 años:

  • No es capaz de medir la fuerza con que realiza ciertas acciones.
  • Tropieza con frecuencia.
  • Tienen problemas para bailar o seguir coreografías.
  • Inseguridad al momento de realizar actividades que implican movimientos rápidos y consecutivos.
  • Dificultad para escribir, sobre todo para sostener el lápiz.
  • Les resulta difícil realizar tareas donde están implicadas las dos manos como abotonarse la camisa.
  • Parece un individuo desorganizado debido a que evita realizar actividades que se le dificultan. Esto suele suceder porque les toma tiempo realizar cada tarea.
  • Evitan participar en actividades grupales debido a que sienten mucha inseguridad.
  • Discurso desorganizado o dificultad para comunicarse. También presentan problemas para articular sonidos.
  • Los problemas de masticación pueden desencadenar problemas de alimentación.
  • Tienen dificultad para organizarse o planificar ideas. Esto incide en el proceso de resolución de problemas.
  • Inquietud.
  • Problemas para socializar.
  • Alteraciones de la vista.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Tienen problemas para subir y bajar las escaleras.

La combinación de estas dificultades pueden incidir en la calidad de vida de la persona, sobre todo a nivel social y educativo. Suelen aislarse y sentirse frustrados con regularidad. Existe un alto índice de fracaso escolar en esta población. Incluso afecta negativamente su autoestima.

Síntomas de la dispraxia verbal

En el caso de la dispraxia verbal, el hecho de no poder comunicarse adecuadamente se debe a los siguientes signos:

  • Tienden a decir la misma palabra de distintas maneras.
  • Acentúan la palabra en la sílaba que no corresponde.
  • Emiten sonidos distorsionados.
  • Pronuncian mejor las palabras cortas que las largas.
  • Existe un retraso evidente del lenguaje.
  • Tienen dificultades para leer y escribir, afectando también su ortografía.

Diagnóstico

El diagnóstico de la dispraxia suele formularse según lo evaluado a lo largo de los controles pediátricos. Aun así puede ocurrir que pase desapercibido y se considere un simple retraso del desarrollo ya que es muy común en niños pequeños durante los 2 a 3 primeros años de vida. 

Cuando los síntomas persisten, es necesario acudir con un médico para que evalúe exhaustivamente al niño. Esto suele suceder cuando se observa que los problemas de coordinación intervienen en la realización de actividades cotidianas. En general se utiliza un abordaje multidisciplinar. Se debe consultar al pediatra, fisioterapeuta, terapeutas ocupacionales y psicólogos. Dependiendo de la gravedad del cuadro es posible que se requiera la intervención de un neurólogo.

Para dar un diagnóstico certero se realizan pruebas neuropsicológicas. Al mismo tiempo, se realiza una historia clínica donde se indagan el cumplimiento de los hitos y el alcance de habilidades según la edad. 

Tratamiento

Al tratarse de un diagnóstico multidisciplinar, también se aborda el tratamiento desde el mismo enfoque. Hay que tener en cuenta de que la dispraxia es un trastorno que no tiene cura, pero sí un buen pronóstico permitiendo que no interfiera en la calidad de vida del paciente. 

Tratamiento para dispraxia

De esta manera, todos los profesionales deben trabajar en conjunto para proporcionarle autonomía, estando implicados:

  • Fisioterapeuta: se encarga de corregir los problemas motores y estimular la coordinación.
  • Terapeuta ocupacional: ayuda a desarrollar la capacidad de movimiento, sobre todo las habilidades de motricidad fina y gruesa. Al mismo tiempo, apoya para mejorar la coordinación.
  • Logopeda: favorece la coordinación de los movimientos para lograr emitir correctamente las palabras.
  • Neuropsicólogo: suelen intervenir en casos de dispraxia ideatoria.
  • Psicólogo: interviene en el desarrollo de la autoestima y las habilidades sociales.

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