¿Qué son los ansiolíticos y para qué sirven?

¿Qué son los ansiolíticos y para qué sirven?

La ansiedad es un estado emocional muy común pero que puede afectar la vida de una persona. Cusndo se hace muy difícil controlar este estado que se mantiene a lo largo del tiempo, es posible que sea necesario administrar un tratamiento a base de ansiolíticos. Estos son fármacos que actúan sobre el sistema nervioso, afectando su funcionamiento y creando un efecto relajante en quien los usa.

Con la pandemia por COVID-19, los casos de ansiedad tuvieron un aumento considerable, llegando a preocupar mucho la salud mental de la población mundial. Esto llevó a un aumento del uso de estos medicamentos, aunque es indispensable que se acompañe de otras alternativas como la terapia psicológica para lograr disminuir su impacto y ayudar a controlar estas sensaciones.

Índice
  1. ¿Qué son los ansiolíticos?
  2. Tipos de ansiolíticos
    1. Benzodiacepinas
    2. Buspirona
    3. Barbitúricos
    4. Antihistamínicos
    5. Beta-bloqueadores
    6. Clorazepato
    7. Antidepresivos
    8. Ansiolíticos naturales
  3. Tipos de benzodiacepinas
  4. Efectos secundarios de los ansiolíticos
  5. ¿Pueden causar dependencia?

¿Qué son los ansiolíticos?

La ansiedad es una emoción común, que todas las personas hemos sufrido alguna vez en la vida. Esta se expresa como una sensación de temor, angustia, nervios y preocupación pero de forma extrema. Puede hacer aparición en una gran variedad de situaciones, incluido las cotidianas, como el caso de las entrevistas de trabajo, donde la incertidumbre es importante. En general, se relaciona con el estrés, presentándose como un mecanismo de defensa del organismo ante aquello desconocido o permitiéndonos adaptarnos.

Aunque suele mirarse desde una perspectiva negativa, la realidad es que su aparición suele tener un sentido. Nos permite reaccionar adecuadamente a ciertas circunstancias, así como mejorar nuestro desempeño. Sin embargo, puede convertirse en un cuadro incapacitante para algunas personas, impidiendo la realización de actividades, sobre todo a nivel social.

Ansiolíticos

En este sentido, se considera el abordaje médico, siendo necesaria la evaluación de los síntomas por parte de un profesional de la salud mental. Aunque puede ser tratado con terapia, cuando es desproporcionado e incontrolable muchos psiquiatras recomiendan el uso de fármacos conocidos como ansiolíticos. También conocidos como tranquilizantes, son medicamentos que actúan como depresores del sistema nervioso central para lograr disminuir los síntomas de la ansiedad. 

Si bien cuentan con una acción anticonvulsiva, sedante y amnésica, en dosis adecuadas no causan somnolencia ni tampoco impiden las actividades diarias de la persona, ayudándole a controlar su respuesta emocional ante ciertas situaciones. 

Se catalogan dentro del grupo psicofármacos, llegando a ser utilizados incluso en cuadros de insomnio y otras patologías. Se conoce que mantiene un efecto sobre la química del cerebro, aumentando la acción del neurotransmisor GABA. De esta manera se logra bloquear la actividad cerebral. En este sentido, es posible que se vean afectadas otras funciones del cuerpo ya que afecta al sistema nervioso en general, como el cerebro, el cerebelo, y el tallo encefálico.

Tipos de ansiolíticos

El ansiolítico que se recete dependerá del abordaje que se le de al caso clínico. El médico tratante debe evaluar los síntomas, pudiendo determinar cuál es el más adecuado para el paciente. Además, aquí también es necesario tener en cuenta la acción de los neurotransmisores, ya que el aumento o disminución de la acción de estas sustancias será clave para disminuir los síntomas de la ansiedad. Sin embargo, es esencial puntualizar que son tratamientos temporales, ya que no curan estos trastornos emocionales.

Aunque son muchos los ansiolíticos que se utilizan teniendo en cuenta su mecanismo de acción, en general suele recomendarse los siguientes grupos:

Benzodiacepinas

Son considerados los fármacos de primera elección cuando se trata de ansiedad. Las benzodiacepinas actúan aumentando la actividad del neurotransmisor GABA, por lo cual disminuye la actividad cerebral. Esto permite que no solo sea utilizado con una acción ansiolítica, sino también como un sedante. 

Si bien suelen ser la primera opción de tratamiento, deben ser recetados por poco tiempo ya que pueden generar dependencia si se usan por un tiempo prolongado. Entre los más utilizados se encuentran el lorazepam, alprazolam, clonazepam y diazepam.

Buspirona

La acción de este fármaco se relaciona con los niveles de serotonina, no estando relacionado con otros psicotrópicos, por lo que no tiene ningún efecto con el neurotransmisor GABA. Se considera un ansiolítico de pocos efectos secundarios, por lo que no causa somnolencia, sedación o estados eufóricos. Tampoco provoca efectos hipnóticos, anticonvulsivos o relajantes a nivel muscular, lo cual no permite que tenga otros usos terapéuticos.

Se considera muy útil para tratar la ansiedad que se acompaña o no con la depresión. Sin embargo, a pesar de que es de absorción rápida, sus efectos empiezan a notarse al menos 15 días después de iniciado el tratamiento. Muchos lo consideran más seguro por no causar dependencia.

Barbitúricos

Eran uno de los ansiolíticos más utilizados antes de la aparición de las benzodiacepinas. Estos actúan como sedantes al inhibir la actividad cerebral, lo que ayuda a disminuir los síntomas de la ansiedad. Además, provocan somnolencia y son relajantes. Debido a que causan gran dependencia, dejaron de ser la primera opción como tratamiento para estos cuadros.

Al funcionar como hipnótico, analgésico y anticonvulsivo suelen ser recetados en casos de personas que sufren de convulsiones, epilepsia, tienen pensamientos suicidas, insomnio y hasta para preparación a una cirugía. Aun así, se buscan otras alternativas para estos casos debido a que causan adicción.

Antihistamínicos

Considerado uno de los ansiolíticos más comunes. Si bien funcionan con este fin, también se recomiendan en casos de alergias o insomnio. Sin embargo, no todos pueden ser utilizados para la ansiedad. En realidad, algunos llegan a provocar fatiga a lo largo del día, considerándose tomar ciertas acciones como precaución para evitar cualquier accidente.

Se considera que solo son efectivos aquellos que poseen un efecto sedante, relacionados con un efecto bloqueador sobre los receptores de histamina. Esto favorece el alivio de las alergias, pero sobre todo, influye en la acción del sistema nervioso central, lo que lleva a causar somnolencia y sedación.

Pueden ser adquiridos sin receta médica, siendo los más comunes: la difenhidramina, la hidroxizina y la doxilamina.

Tipos de ansiolíticos

Beta-bloqueadores

Son medicamentos utilizados para el tratamiento de problemas de presión arterial y otros problemas del sistema circulatorio. Su mecanismo de acción se relaciona con la inhibición del efecto de la adrenalina, facilitando el flujo sanguíneo. Sin embargo, estudios han demostrado que pueden ser de utilidad para abordar cuadros de ansiedad. 

Su acción sobre la adrenalina permite abordar los síntomas físicos de la ansiedad, lo cual es muy útil en los casos de ansiedad social. Es así como disminuye o evita la aparición de sudoración, temblores, aumento del ritmo cardiaco, entre otros. El atenolol y el propranolol suelen ser los más recomendados.

Clorazepato

Aunque se considera que pertenece al grupo de las benzodiacepinas, ya que actúa como inhibidor del sistema nervioso central. Sin embargo, suele recomendarse como alternativa a este grupo de medicamentos cuando se trata de un caso de ansiedad leve  en situaciones puntuales. El tratamiento se realiza de esta manera ya que es un fármaco que desarrolla alta dependencia.

Además, se utiliza con otros medicamentos para tratar ciertos tipos de convulsiones, así como síntomas provocados por la abstinencia cuando se ha mantenido un consumo excesivo de alcohol.

Antidepresivos

Si bien son recetados para el tratamiento de la depresión, se ha comprobado que pueden utilizarse para abordar la ansiedad. Los profesionales de la salud suelen indicar el uso de:

  • Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS):  favorece la captura de serotonina, lo cual favorece el aumento de los niveles de serotonina este neurotransmisor, permitiendo mejorar el estado ánimo y los síntomas de la ansiedad.
  • Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina y Noradrenalina (ISRN): al retrasar la absorción de estas sustancias, permiten que exista un aumento de los niveles de aumentan serotonina y noradrenalina, permitiendo un mejor aprovechamiento de las mismas. Esto favorece la respuesta del organismo ante situaciones de estrés y ansiedad.
  • Inhibidores de la Recaptación de Noradrenalina (IRNA): favorecen el aumento de noradrenalina. Se consideran bastante seguros ya que no están asociados a sobredosis. Esto ha permitido que sean muy utilizados en la actualidad.

Ansiolíticos naturales

Aunque no es la primera recomendación de los médicos, en algunos casos se contempla el uso de ciertas hierbas medicinales para tratar la ansiedad ya que poseen efectos sedantes y tranquilizantes. Estos pueden adquirirse sin receta médica, y pueden encontrarse también en farmacias:

  • Valeriana: en general suele ser indicado para el tratamiento de insomnio. Pero al funcionar como un relajante, permite aliviar cuadros de ansiedad y de excitabilidad.
  • Tila: es una de las recomendaciones más populares ya que actúa como un relajante físico y mental. Tiene efectos sedantes, antiespasmódicos y diuréticos. Todo esto ha permitido ser un tratamiento efectivo ante el estrés y la ansiedad.
  • Pasiflora: muchos consideran que tiene un efecto similar a las benzodiacepinas ya que actúa sobre el neurotransmisor GABA. No solo puede ser utilizado para tratar el insomnio, la ansiedad y el estrés, sino que mejora el estado de ánimo.
  • Melisa: actúa como un relajante, permitiendo controlar el estrés, nerviosismo, irritabilidad, angustia y ansiedad. 

Tipos de benzodiacepinas

Hablar de los tipos de benzodiacepinas no quiere decir que son los únicos ansiolíticos existentes y que funcionan. Sabemos que existen una innumerable cantidad de estos fármacos, sin embargo siguen siendo la primera elección de muchos médicos. Por lo que se hace necesario conocer su clasificación según la manera que actúan en el organismo. Hay que tener en cuenta que, aunque se considera esta información verídica, el tiempo de duración del efecto puede verse alterado por ciertos factores como el paciente, dosis y si presenta resistencia debido a adicción: 

  • Benzodiacepinas de acción muy corta: el efecto tiene una duración de una a dos horas, considerándose hasta de 6 horas. Los más utilizados de este grupo son el triazolam y el midazolam. Ambos suelen estar indicados previos a procesos quirúrgicos para reducir la ansiedad y causar somnolencia debido a su efecto sedante.
  • Benzodiacepinas de acción corta: el efecto puede prolongarse de 6 a 12 horas, teniendo pocos efectos residuales si se utiliza antes de dormir, aunque cuando se usa de forma regular, llegan a tener el efecto contrario presentando síntomas como insomnio y ansiedad. Aquí figuran el temazepam que suele ser indicado como sedante contra el insomnio, y el oxazepam el cual no solo funciona para la ansiedad sino para la abstinencia de alcohol, insomnio y tensión.
  • Benzodiacepinas de acción intermedia: tienen una semivida de 12 a 24 horas, aunque presentan efectos residuales, y en caso de interrupción inadecuada es posible observar insomnio de rebote. Además, si se usan por demasiado tiempo es posible desarrollar síntomas de abstinencia. Suele recetarse en estos casos alprazolam, lorazepam y el bromazepam. 
  • Benzodiacepinas de acción larga: la duración del efecto puede ser de más de 24 horas, pudiendo observarse soñolienta a la persona que los usa como tratamiento para el insomnio. Sin embargo, también se recomiendan como relajantes musculares, ansiolíticos y hasta en casos de epilepsias. Se reconocen como los más recomendados el diazepam, nitrazepam y clonazepam.

Efectos secundarios de los ansiolíticos

Los ansiolíticos son seguros de usar y se recomiendan que sean administrados para controlar cuadros de ansiedad en ciertos casos donde la persona no es capaz de controlar este sentimiento. Sin embargo, al igual que muchos fármacos, su consumo puede desarrollar efectos adversos e indeseados en el paciente, provocando incomodidad durante el tratamiento. Estos varían según el ansiolítico que se administre.

Efectos secundarios de los ansiolíticos

Entre los más comunes tenemos:

  • La dependencia es uno de los principales efectos secundarios de estos fármacos, sobre todo de las benzodiacepinas. La dependencia puede presentarse tanto de forma física como psicológica, y suele ser más común cuando se trata de un uso prolongado. Es posible hasta observar síndrome de abstinencia.
  • Algunos tienen un efecto más fuerte, provocando somnolencia prolongada. Esto puede incidir en nuestra capacidad de concentración.
  • La desorientación y la confusión que se presenta mayormente en personas ancianas, aunque esto no evita que pueda aparecer en cualquier paciente.
  • Es posible sentirse mareado, afectando de esta manera la coordinación lo cual puede provocar mayor cantidad de caídas. De la misma forma puede afectar al equilibrio.
  • Aumentan los problemas de memoria, dificultando la capacidad de recordar. Incluso puede dificultar el aprendizaje ya que afecta la memoria a corto plazo.
  • En el caso de las benzodiacepinas es muy común que se presente debilidad muscular y fatiga.
  • Náuseas.
  • Vómitos.
  • Diarrea.
  • Se evidencian cambios de humor, sobre todo irritabilidad y agitación.
  • Puede afectar a nivel sexual disminuyendo la libido, causando disfunción eréctil o impidiendo llegar al orgasmo.
  • Es posible observar aumento del apetito, lo cual favorece la ganancia de peso.

¿Pueden causar dependencia?

Algunos de los fármacos utilizados para el tratamiento de la ansiedad tienen un mayor riesgo de causar ansiedad, sobre todo las benzodiacepinas. Por esta razón es que se hace necesario que cada caso se aborde de manera individualizada, y que la dosis se ajuste a la necesidades de cada paciente, teniendo en cuenta la acción esperada. 

Al existir riesgo de que se desarrolle dependencia física y psicológica, es indispensable que se aborde con un tratamiento de corta duración. Es posible que si se extiende se desarrolle síndrome de abstinencia una vez que se suspende el medicamento. De esta manera, se deberá cumplir al pie de la letra según lo indicado por el profesional de la salud para evitar desarrollar cualquier efecto adverso.

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