Síndrome de Fournier: síntomas, causas y tratamiento

Síndrome de Fournier síntomas causas y tratamiento

El síndrome de Fournier es una enfermedad mortal ocasionada por el ingreso de bacterias al organismo. Esta infección provoca la muerte del tejido de la piel, incluso llegando a afectar a los músculos y los órganos abdominales y del tórax. Se extiende de una manera tan rápida que el pronóstico no es muy favorable.

Puede ser causado por una variedad de bacterias, incluso algunas pueden crear cuadros más leves en otras condiciones. De esta manera, se ha llegado a catalogar como una enfermedad rara. Pero, debido a su alto índice de mortalidad, se recomienda poner atención a cualquier síntoma para recibir atención médica inmediata y mejorar el pronóstico.

Índice
  1. ¿Qué es el síndrome de Fournier?
  2. ¿Cómo actúa el síndrome de Fournier?
  3. Síntomas
  4. Causas 
  5. Factores de riesgo
  6. Diagnóstico
  7. Tratamiento
  8. Pronóstico
  9. Prevención

¿Qué es el síndrome de Fournier?

El síndrome de Fournier también es conocido como la gangrena de Fournier. Este último término se relaciona mucho más con el tipo de patología de la que se trata. Es una infección bacteriana rara que se origina en los genitales del hombre, pudiendo extenderse hacia la zona del ano. Siendo más específicos, afecta al pene, el escroto y el perineo. Es un tipo de fascitis necrotizante, considerada una enfermedad carnívora, que se propaga rápidamente. Es causado por variedad de bacterias que logran destruir el tejido blando que van colonizando.

Se considera una condición mortal debido a la rapidez con que propaga y va dañando el tejido. Debido a esto, es necesario recibir atención médica y hospitalaria apenas se detecten los primeros síntomas.

La persona que adquiere esta enfermedad se contagia a través del ingreso de los patógenos a través de una herida. Se alojan en el tejido subcutáneo donde empiezan a reproducirse mientras que liberan toxinas que van dañando los vasos sanguíneos, los músculos, los nervios y todos los tejidos cercanos. Este cuadro provoca la obstrucción del flujo sanguíneo que deriva en la muerte del tejido. De esta manera se produce tejido necrótico que es la gangrena.

Este cuadro clínico fue descrito por primera vez en el año 1883 por el médico francés Jean Alfred Fournier. Observó el primer caso en un hombre jóven y sano que presentó una necrosis de avance rápido. Es gracias a esto que lleva su nombre.

Tiene un alto índice de mortalidad, calculando del 40% al 50% de los casos incluso cuando se ha aplicado un tratamiento adecuado. Afecta tanto hombres como mujeres pero tiene una alta incidencia en la población masculina. Cuando el cuadro se complica la infección puede extenderse a los muslos, el estómago y el pecho.

¿Cómo actúa el síndrome de Fournier?

Para conocer cómo avanza el síndrome de Fournier, es necesario conocer el tejido que afecta esta enfermedad. Las bacterias ingresan al tejido subcutáneo del escroto, pene o perineo, siendo esta la capa más profunda de la piel. Aquí podemos encontrar tejido conectivo y células grasas, donde abunda la fascia. Este es un tejido que recubre muchas estructuras del organismo: órganos, músculos, huesos, fibras nerviosas y vasos sanguíneos. Su función es mantenerlos a todos en su lugar.

Síndrome de Fournier

Dentro de todos tejidos es posible encontrar vasos sanguíneos, destacando la arteria pudenda en la zona de la pelvis. La misma se encarga del riego sanguíneo a las zonas de los genitales, la piel del perineo y del escroto. Una vez que las bacterias ingresan al tejido subcutáneo de esta región y empiezan a afectar esta arteria, sus ramas van muriendo. Esto favorece la propagación de los patógenos.

La infección se va extendiendo a la piel y músculos del escroto, el pene y el perineo. Sin embargo, es gracias a la fascia que logra invadir otras estructuras, logrando pasar a la zona abdominal y el pecho afectando distintos órganos, así como llegar a los muslos.

En el momento en que la gangrena se observa en las capas superficiales de la piel se considera que ya ha infectado el tejido subcutáneo, matando las células que lo componen. Tiene un avance rápido, por lo que para este momento ha tenido un gran alcance. Al propagarse tan rápido, en tan solo horas el pronóstico puede empeorar, siendo necesario actuar rápidamente en el momento en que se observan los primeros síntomas.

Síntomas

En general lo que suele destacar del síndrome de Fournier es un dolor intenso en la zona afectada, sobre todo a nivel de los genitales. Esto puede empeorar rápidamente con las horas. Sin embargo, los primeros signos que suelen aparecer son:

  • Genitales o perineo enrojecidos, sensibles e inflamados.
  • Presencia de ampollas en la zona.
  • Sensación de aire al tocar la piel.
  • Pacientes diabéticos pueden presentar índices de glucosa altos aunque se hayan administrado insulina.

Tras esta etapa, empieza a aparecer un cuadro clínico más complejo y variado, destacando por:

  • Actividad mental alterada.
  • Deshidratación.
  • Fiebre.
  • Escalofríos.
  • Poco energía.
  • Náuseas.
  • Vómitos.
  • Dolor abdominal que varía de moderado a intenso. Puede extenderse.
  • Olor fétido.
  • Sepsis.

También afecta al sistema circulatorio, pudiendo observarse:

En la piel se pueden observar síntomas más allá de la gangrena como picor y crepitación. Mientras que, en el caso del tracto urinario, puede aparecer extravasación y obstrucción en alguna de las estructuras que componen este sistema.

Cuando esta patología se encuentra en etapas avanzadas, aparece la siguiente sintomatología:

  • Coágulos sanguíneos producto de la obstrucción ocasionada por la inflamación y la acción de las bacterias.
  • Shock séptico ocasionado por el ingreso de tejido necrosado y bacterias al torrente sanguíneo. Esto produce alteraciones en la presión arterial y fallo multiorgánico.
  • Inflamación de los vasos sanguíneos.

Durante el curso de la gangrena suele observarse que la piel de la zona afectada cambia de color. Es común que la coloración varíe a un tono entre púrpura y rojo para luego volverse gris azulado. Por último, en el momento en que el tejido se ha necrosado, se observa la piel de color negro.

Causas 

Se conoce que la gangrena o síndrome de Fournier es causado por bacterias, algunas de estas en otras condiciones no suponen un riesgo grave para la salud humana. Debido a la liberación de toxinas en la zona afectada, rápidamente van eliminando las células del tejido.

La infección puede ser provocada tanto por organismos aeróbicos como anaeróbios. Entre los patógenos que suelen ocasionar esta patología se encuentran:

  • Escherichia coli.
  • Klebsiella.
  • Proteo.
  • Estafilococo
  • Estreptococo.
  • Bacteroides.
  • Clostridium.
  • Peptostreptococcus.

Recordemos que estos ingresan a través de una lesión en la piel. Esta debe encontrarse en la región anal o genital, siendo muy común:

  • Abscesos.
  • Fístula anal.
  • Diverticulitis.
  • Perforación genital.
  • Infección del tracto urinario. Incluso en casos donde asciende a la vejiga.
  • Picaduras o mordeduras.
  • Cáncer de recto.
  • Sexo.
  • Úlcera.

En el caso de bebés y niños, existe el riesgo de que adquieran la infección durante o tras una circuncisión.

Factores de riesgo

Se considera que cualquier persona de cualquier edad puede verse afectada por el síndrome de Fournier. Sin embargo, se reconoce que existe una mayor prevalencia en los hombres que en las mujeres. Se estima que la probabilidad es 10 veces más en esta población, calculando que afecta a 1,6 de cada 100.000 hombres.

A pesar de esto, se consideran los siguientes casos como población de riesgo:

  • Pacientes diabéticos, teniendo en cuenta que del 20% al 70% de las personas que sufren de este tipo de gangrena padecen de diabetes.
  • Alcohólicos, estimándose que al menos el 50% de las persona con este síndrome avisan del consumo de alcohol.
  • Enfermedades cardiovasculares.
  • Cirrosis.
  • VIH.
  • Hipertensión.
  • Insuficiencia renal.

También existe una mayor probabilidad de verse afectado por esta patología si:

  • Tienes más de 50 años de edad.
  • Sufre de obesidad.
  • Fuma.
  • Recibe quimioterapia.
  • Mantiene un tratamiento a base de esteroides.
  • Tiene alguna lesión en el área.
  • Se encuentra inmunodeprimido.
  • Abusa de drogas o se administra antibióticos sin prescripción médica.
  • Se encuentra en estado de desnutrición.
  • Mantiene una higiene inadecuada.
  • Tienes pliegues en la piel que facilitan la acumulación de bacterias.

Además, se ha comprobado que las personas diabéticas que mantienen un tratamiento a base de inhibidores del cotransportador de sodio y glucosa 2 (SGLT2), tienen una mayor probabilidad de contraer esta enfermedad.

Diagnóstico

En el momento en que se presenten los primeros síntomas hay acudir con urgencia a consulta médica. El médico hará preguntas indagando desde cuándo aparecieron los signos y la descripción de algunos de estos. 

Diagnóstico síndrome de Fournier

A su vez, realizará un examen físico para evaluar la zona afectada. Esto puede acompañarse de las siguientes pruebas complementarias:

  • Tomografía computarizada: permite observar la acumulación de gas o líquido bajo la piel, pudiendo determinar dónde se origina la infección.
  • Ecografía: es posible diferenciar si se trata del síndrome de Fournier o de otra patología. Además, se observa si existe acumulación de aire en los tejidos blandos.
  • Radiografía: se evidencia que tanto se ha extendido la acumulación de aire a otras zonas.
  • Análisis de sangre: se solicita hemograma completo con diferencial, panel metabólico integral y lactato para determinar si ha ocurrido un aumento de la cantidad de glóbulos blancos, shock séptico, anomalías electrolíticas o gases en la sangre arterial.

Todas estas pruebas pueden ser realizadas en pacientes que están en las primeras etapas de la enfermedad. 

Tratamiento

La mayoría de los casos requieren cirugía de urgencia debido a que se detecta muy tarde, siendo considerado como el tratamiento principal para la gangrena de Fournier. El procedimiento consiste en la eliminación del tejido necrosado. Es posible que requiera más de un ingreso para retirar tejido muerto. A través de su extracción es posible evitar que la infección se siga propagando. Cuando es un caso muy complicado, es posible que el médico deba extirpar el pene y el escroto.

Tratamiento gangrena de Fournier

Lo siguiente será cumplir con un tratamiento estricto de antibióticos para combatir a los patógenos. Si el paciente ha sufrido de sepsis, es posible que se receten fármacos anticoagulantes para evitar la formación de coágulos. Si es posible, se programará una cirugía reconstructiva para devolver su aspecto anterior al pene, el escroto y el perineo.

Por último, se indicará oxigenoterapia hiperbárica, la cual consiste en ingresar a una cámara hiperbárica para obtener una mayor cantidad de oxígeno. Esto ayudará a que las heridas cicatricen, mejorar el estado de los vasos sanguíneos y detener el crecimiento de bacterias. 

Pronóstico

Los pacientes suelen permanecer en el centro hospitalario de 3 a 6 semanas. No existe un periodo de recuperación exacto. Todo dependerá de cada caso en particular. A pesar de que el síndrome de Fournier es una enfermedad muy grave y mortal, se puede ver condicionada por los siguientes factores:

  • En qué momento se acude a consulta médica.
  • Qué tanto tejido está comprometido con la infección.
  • El tiempo que llevan los tejidos infectados.

En todos los casos, mientras el tiempo sea menor se tendrá un mejor pronóstico. Esto evita que la enfermedad se encuentre en una etapa avanzada, permitiendo salvar gran parte del tejido.

Prevención

Si bien los profesionales de la salud aseguran que no existe una manera segura de prevenir que se produzca la gangrena de Fournier, algunas prácticas pueden reducir el riesgo de infección:

  • Mantenga buenos hábitos de higiene: lave adecuadamente la zona del pene, el escroto y el perineo. Se recomienda utilizar jabón y enjuagar bien. Se considera esencial usar navajas de afeitar nuevas y limpias en cada rasurado para evitar lesiones.
  • Cuidar las heridas en el área: si tiene alguna lesión en la zona, mantenga siempre la herida limpia y aplicando los cuidados necesarios para evitar que las bacterias ingresen al cuerpo.
  • Cuidar el peso: mantener una dieta balanceada para evitar sufrir de obesidad.
  • Dejar de fumar: evite el consumo de tabaco o cigarrillo.

 

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