Terapia neural: en qué consiste y cuáles son sus beneficios

Cómo funciona la terapia neural

La terapia neural es un tratamiento poco conocido pero que se ha comprobado que logra grandes resultados en la salud humana. Aunque muchos lo asocian exclusivamente al tratamiento de dolor por su relación con el sistema nervioso autónomo, se ha comprobado que puede servir para tratar otras afecciones.

A pesar de ser un tratamiento ambulatorio y de poco riesgo, las inyecciones requieren que la aguja sea introducida en profundidad, lo cual no se recomienda en personas con problemas de coagulación. Incluso es posible que no sea efectivo en ciertos casos, siendo necesario informar al médico tratante acerca de todo el historial médico. 

Índice
  1. ¿Qué es la terapia neural?
  2. ¿Cómo funciona la terapia neural?
  3. ¿Dónde se debe aplicar la inyección?
  4. ¿En qué casos se recomienda la terapia neural?
  5. Beneficios de la terapia neural

¿Qué es la terapia neural?

La terapia neural es una técnica que pertenece a la medicina integrativa, estando mayormente asociada a la medicina alternativa. Es utilizada para combatir dolor y enfermedades crónicas. El tratamiento está centrado en atenuar las irritaciones presentes en el sistema nervioso autónomo, también conocido como vegetativo. Este es el encargado de regular las acciones involuntarias del organismo, sobre todo relacionado con los órganos. 

El procedimiento consiste en la aplicación de inyecciones con bajas dosis de anestésico en distintos puntos del cuerpo. Por lo general se utiliza una concentración entre 0,5% y 1% de procaína o lidocaína, siendo el primero el más utilizado. Y debe diluirse en suero. Esta dosis evita que se produzca un efecto anestésico, lo cual promueve el efecto terapeútico. 

Terapia neural

A través de la inyección de esta solución se busca restablecer el equilibrio del sistema nervioso, ya que trabaja el cuerpo como un todo. Por lo que no se busca tratar un síntoma en específico, sino que ayuda al organismo a recuperarse por sí mismo y reducir los síntomas mediante la estimulación de distintos puntos del cuerpo. 

A través de este procedimiento médico se produce una neutralización de las irritaciones, al mismo tiempo que se logra recuperar los potenciales eléctricos de la membrana celular. Cuando existe alguna patología en curso, se observa una alteración de las funciones de esta membrana. En el momento que es inyectada la solución, se observa una recuperación de las funciones normales del organismo. Por lo tanto, no es un tratamiento destinado a desaparecer el dolor, sino a combatir la causa.

A pesar de no tener gran difusión, en la actualidad muchos profesionales de la salud recomiendan la implementación de este tratamiento ya que se considera de riesgo mínimo, no produciendo efectos secundarios o problemas al organismo.

¿Cómo funciona la terapia neural?

Para entender la terapia neural es necesario conocer sobre cómo trabaja nuestro cuerpo. El sistema nervioso autónomo o sistema nervioso vegetativo se encarga del funcionamiento de los órganos y tejidos que mantienen una acción involuntaria. Esto quiere decir que no responden a estímulos voluntarios como el caso de los latidos del corazón, los riñones, el hígado, entre otros.

Se compone por el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático. El primero es el encargado de estimular o activar respuestas rápidas ante determinadas situaciones, sobre todo cuando existe peligro. Mientras que el segundo es lo opuesto, favoreciendo los estados de relajación y tranquilidad.

Este sistema se encuentra compuesto con fibras nerviosas que permiten formar una red al interconectar órganos y órganos a través de la cual viaja información. Incluso se considera que el factor emocional tiene un impacto sobre el funcionamiento de esta red, causando cambios físicos.

Se ha considerado que la aparición de irritaciones en el sistema nervioso autónomo puede estar relacionado con la ocurrencia de infecciones, patologías, traumatismos, fracturas, intervenciones quirúrgicas, entre otros. Cuando esto sucede, se produce una interrupción de la transmisión de información como consecuencia de una alteración del equilibrio de este sistema, lo que conlleva a la aparición de los síntomas.

Este equilibrio se puede recuperar a través de la aplicación de inyecciones de anestésico en bajas dosis. Realmente no se considera que la célula esté dañada, sino que es necesario que sea repolarizada su membrana para estabilizar su funcionamiento. La razón se encuentra asociada al hecho de que el anestésico, sobre todo la procaína, posee un alto potencial eléctrico. Sin embargo, es necesario que sea aplicado en las regiones donde se considera que existe irritación.

¿Dónde se debe aplicar la inyección?

En primera instancia es necesario tener en cuenta que es un procedimiento que solo debe ser aplicado por un profesional de la salud especializado. Es indispensable conocer la anatomía y funcionamiento del cuerpo para que el tratamiento sea efectivo.

Para saber qué puntos tratar, es necesario conocer el término de campo interferente. En una persona sana existe un flujo normal y libre de energía. Si este flujo se ve obstaculizado, se produce una interrupción de la transmisión de información. Esto es lo que entonces se conocería como campo o foco interferente. Como consecuencia, se desarrollan síntomas o alteraciones que derivan en enfermedades.

El médico deberá indagar la historia clínica del paciente. De esta manera podrá conocer el origen del desequilibrio pudiendo estar asociado a una incidencia de hace días, meses o incluso años. Es posible que se aplique el anestésico en el punto donde se produce el dolor o molestia o en las zonas que lo rodean. Puede ocurrir que el origen esté alejado de donde se siente el síntoma. Con esto se hace referencia al hecho de que el cuerpo trabaja como un todo, y que no se debe tratar el síntoma o patología en curso directamente.

 

No existe un protocolo de preparación para esta intervención. Sin embargo, se toma en cuenta el hecho de que está contraindicado en ciertas situaciones. Cualquier persona que mantenga un tratamiento a base de anticoagulantes no es candidata para la terapia neural debido al riesgo de hemorragia. Tampoco se recomienda en casos de pacientes que se encuentran medicados con sulfamidas

Exceptuando estos casos, resulta muy segura su administración ya que desaparece del organismo en poco tiempo al no ser metabolizado por el hígado. Esto lo convierte en un tratamiento compatible con bebés, niños, mujeres embarazadas y en periodo de lactancia.

¿En qué casos se recomienda la terapia neural?

Al ser un tratamiento integral, mejora el pronóstico de distintos malestares y patologías. SIn embargo, suele ser mayormente recomendado el uso de terapia neural en los siguientes casos:

  • Dolor crónico.
  • Lumbalgias.
  • Enfermedades reumáticas.
  • Síndromes ginecológicos.
  • Dolor neuropático.
  • Alteraciones del sueño.
  • Cicatrices y adherencias que provocan dolor.
  • Síndrome Sudeck.
  • Mareos.
  • Asma.
  • Problemas de la cavidad oral.
  • Contracturas musculares.
  • Fibromialgia.
  • Enfermedades de salud mental.
  • Dolor producto de una cirugía.
  • Síndrome miofascial.
  • Cefaleas.
  • Migrañas.
  • Enfermedades del sistema cardiovascular.
  • Otitis.
  • Faringitis.
  • Enfermedades dermatológicas como la alopecia.
  • Alteraciones digestivas.

Aplicación de terapia neural

Beneficios de la terapia neural

Al no presentar efectos secundarios o complicaciones, se considera un procedimiento muy seguro. Si bien este es uno de sus mayores beneficios, entre los más reconocidos figuran:

  • La aplicación del anestésico diluido permite que el organismo sea capaz de recuperarse por sí mismo, permitiendo restaurar el equilibrio del sistema nervioso.
  • Es un procedimiento de bajo costo y puede aplicarse de forma ambulatoria.
  • Posee una acción rápida, pudiendo observar su efecto casi de inmediato.
  • Es un tratamiento individualizado. Algunos pacientes pueden necesitar una sola sesión, mientras que otros requieren un mayor número de aplicaciones.
  • Ayuda a aliviar el dolor crónico.
  • Puede tratar otras afecciones más allá del dolor como problemas intestinales, de la piel, neurológicos, hormonales, circulatorios, autoinmunes y alergias.
  • Fortalece el sistema inmunitario.
  • Mejora el estado de ánimo, ayudando a tratar cuadros de ansiedad y depresión.
  • Restablece el equilibrio entre el sodio y el potasio.

 

Rafael Aragón

Rafael Aragón

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